Mapa de Movilidad en Bicicleta de Pamplona y Barañain y sus Puntos Peligrosos

miércoles, 14 de mayo de 2014

El casco míoooooo!!

Recientemente ha entrado en vigor la última modificación de la ley de Tráfico. En lo que a los ciclistas atañe esta modificación introduce la obligación de que los menores de 16 años lleven casco en sus desplazamientos en bicicleta por las ciudades.

Esta nueva normativa trajo mucha polémica en su fase de tramitación, poniendo en contra de ella a la mayoría de las asociaciones ciclistas de España, además de que fueron muchos los Ayuntamientos que hicieron declaraciones institucionales en contra. En este grupo de Ayuntamientos curiosamente se encuentra el de Pamplona.


Sí que es cierto que en un primer momento el gobierno barajaba la posibilidad de obligar a llevar casco a todo el mundo, sin excepción de edad. Al final, y tras la presión de las asociaciones ciclistas y de los Ayuntamientos, entre otros, la norma ha quedado un poco descafeinada.

Una vez situados, yo os doy mi punto de vista sobre el tema del casco. En mi opinión, su uso debería ser voluntario. Es verdad que te protege la cabeza en caso de caída, pero también es verdad que muchos de los ciclistas urbanos, y en el caso de Pamplona, circulan a velocidades muy bajas, tanto es así que por la misma regla de tres cuando fuéramos a pie o corriendo también deberíamos llevar el casco, así más protegidos...

Pero por otro lado, es curioso que los ciclistas tengan asumido el uso del casco cuando van a entrenar por carretera o en mountain bike, situaciones en las que los accidentes son relativamente escasos, y sin embargo en la ciudad, donde los atropellos siguen subiendo como la espuma, los ciclistas sean reacios a llevarlo.

Os cuento mi propia experiencia y mis sensaciones. 20 años andando en bici, tanto urbana como en competición. Siempre he llevado el casco y lo tengo tan interiorizado que si no lo llevo en la cabeza me siento extraño sobre mi bici. Y sin embargo, hasta el año pasado en mi bici urbana no llevaba el casco. Tenía la sensación de que no me hacía falta, dada mi técnica sobre la bicicleta, la velocidad a la que voy por la ciudad y el hecho de que no piso la calzada prácticamente nunca. Sin embargo, mis malas experiencias sobre las vías ciclistas de Pamplona me han hecho cambiar de opinión. El hecho de que los pavimentos pista de hielo que hay en algunas aceras bici y las curvas imposibles de algunas pistas bici, sumados a la lluvia, a diseños de vías ciclistas estrechos o cercanos a las puertas de los coches, sean una combinación explosiva que ha hecho que haya estado a punto de besar el suelo varias veces me ha hecho ponérmelo. Y al poco de hacerlo me fui al suelo en la pista bici de Fuente del Hierro, llegando a pegar mi cabeza en el pavimento. Me hice daño, pero sobre todo mental porque me había caído en uno de mis puntos negros, yo experto de mí...

Además, cada día que voy a trabajar escucho por emisora algún atropello de ciclista por motorizado. Y me estremezco. Pero también me reafirma en mi decisión de llevar casco. Porque ya me han atropellado una vez, y desgraciadamente intuyo que no será la última. Así que por lo menos intentaré protegerme lo máximo que esté en mi mano.

Ojalá se dieran en esta ciudad las condiciones de seguridad óptimas para poder circular sin casco. Pero ya sabemos que no, ni en infraestructuras, ni en actitud de ciertos motorizados, ciertos ciclistas temerarios (como bien los define Eneko Astigarraga) y ciertos peatones. Así que de momento, mis ganas de seguir en este mundo pueden sobre mi derecho a decidir no ponerme casco.

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